MI FILOSOFÍA EDUCATIVA
En esta sección se planteará un resumen acerca de mis creencias personales y teorías utilizadas sobre la educación, la cual será una guía para comprender de mejor manera las decisiones que tome y la selección de evidencia que realice para este portafolio.
Partiré aclarando la visión que tengo acerca del niño, al cual lo veo como un ser activo que construye su propio aprendizaje a través de la exploración y experimentación, y concorde con lo que afirma Vigotsky “Los niños y niñas son protagonistas de sus aprendizaje, es decir, construyen su aprendizaje a través de la interacción con su entorno” (Vigotsky en Baquero, 1997),siendo curiosos, anticipando, explorando, reflexionando, etc.
Es constitutivo también del marco de orientaciones valorativas de las Bases Curriculares (2001) el reconocimiento
del rol de la familia como primera educadora de sus hijos, con sus realidades y características propias, necesidades y expectativas educativas, constituyéndose -por tanto- en un actor central y permanente en la educación parvularia. “Son fuente de educación informal, en cuyo ámbito se construyen los lenguajes y a las acciones de los otros”(Solar, 1995. En Santelices, L, 2005).
Me llama la atención que el centro, a pesar de las condiciones de vulnerabilidad que lo rodean, logre trabajar en conjunto con las familias de una manera destacable. (Peralta, M, 2006 “ Currículos educacionales en América latina” Editorial Andrés Bello, Chile) hablaba de la poca participación que tenían estas familias específicamente, sin embargo en el jardín infantil, se ve una mayor cercanía lo que beneficia en gran medida el desarrollo de aprendizaje de los niños y niñas del jardín, ya que se trabaja de manera colaborativa, informando a las familias de lo que se está haciendo y haciéndoles entender que tienen una gran responsabilidad sobre sus niños. En este caso no se generan cuestionamientos por parte de las familias hacia el jardín ya que se mantienen constantemente informados sobre lo que sucede, lo que los invita a participar activamente en esta labor de generar mayor conocimiento en sus hijos.
Según mi opinión, la educadora debe considerar dos posturas teóricas una es que considere el constructivismo como modelo de aprendizaje donde el niño no sería un mero receptor sensorial, sino que analiza e integra activamente los datos sensoriales convirtiéndolos en preceptos y cogniciones. Esto quiere decir que el sujeto va construyendo la realidad a través de un proceso interno, activo y personal (Aznar, P. 1992); y la otra es la modificabilidad de Feuerstain (1980), la cual plantea que todo ser humano es un organismo abierto al cambio y que posee una inteligencia dinámica “modificabilidad cognitiva”, que quiere decir que es un ser flexible y que se puede adaptar. ¿Por qué planteo esto? Resulta que por el lugar en donde se encuentra inserto el establecimiento, se tienden a crear prejuicios acerca de las familias y situaciones de donde provienen los niños y niñas con los que se está trabajando, y esto se ve reflejado en algunos registros que se han hecho de las co-educadoras (ver anexo 5). Como Feuerstain desmiente la condición genética, no limita la inteligencia, por lo tanto el desarrollo del niño dependerá del grado de libertad que les demos lo que los llevará a una mayor adaptabilidad y esto trae como consecuencia el incremento de la habilidad para aprender, facilita el avance hacia áreas cognitivas más complejas, aumenta la motivación intrínseca y permite la aparición de nuevos desafíos. Es por esta razón que considero válida la propuesta de Feuerstain al invitar al docente desafiarse asumiendo actitudes esperanzadoras desde la convicción en torno a las potencialidades de todo ser humano y creer que toda persona puede lograr modificabilidad.
Otro punto que considero relevante, es el que hace referencia al papel de una educadora reflexiva, ya que nuestro trabajo será un proceso permanente de observación y reflexión acerca el significado de las actividades que desarrollan los niños y de nuestro que hacer profesional. Esta reflexión permite tomar decisiones eficaces y significativas sobre cómo responder a los niños y planificar experiencias que sean significativas para ellos. (Carter, M; Cividanes, W; Curtis, D; Lebo, D. “Transformarse en un maestro reflexivo” Articulo entregado en clases PUC)
Considero como herramienta clave para la educadora, la evaluación, la cual nos permite observar y reflexionar con el estudiante, durante la realización de su labor, captar sus acciones y reacciones, percatarse de sus opiniones e intereses, descubrir sus procesos de razonamiento, sus dificultades y capacidades, ofrecer retroalimentación sobre su ejecución y determinar las estrategias didácticas más adecuadas para subsanar las dificultades y potenciar las capacidades (Ríos, P. 1999)
Mi postura frente al niño y el aprendizaje, es que aprenden activamente a través de su experiencia directa de interacción con el entorno físico, social y cultural (tocando, mordiendo,) (NAEYC, 2009), por lo tanto las actividades deben ir enfocadas a desarrollar un aprendiz activo, que explora, interpreta, construye su realidad encontrándose, según Piaget, en el estadio sensoriomotriz.
Por último aclarar que para mí la finalidad de la educación consiste en adquirir activamente herramientas para enfrentar el futuro con éxito. También tiene como objetivo la eficacia social ya que se da en un ambiente social (la escuela) inserto en un contexto que funcionan agentes sociales. Hay que sacar lo mejor de ellos para que hagan un bien social. (Dewey, J. 1952)
En esta sección se planteará un resumen acerca de mis creencias personales y teorías utilizadas sobre la educación, la cual será una guía para comprender de mejor manera las decisiones que tome y la selección de evidencia que realice para este portafolio.
Partiré aclarando la visión que tengo acerca del niño, al cual lo veo como un ser activo que construye su propio aprendizaje a través de la exploración y experimentación, y concorde con lo que afirma Vigotsky “Los niños y niñas son protagonistas de sus aprendizaje, es decir, construyen su aprendizaje a través de la interacción con su entorno” (Vigotsky en Baquero, 1997),siendo curiosos, anticipando, explorando, reflexionando, etc.
Es constitutivo también del marco de orientaciones valorativas de las Bases Curriculares (2001) el reconocimiento
del rol de la familia como primera educadora de sus hijos, con sus realidades y características propias, necesidades y expectativas educativas, constituyéndose -por tanto- en un actor central y permanente en la educación parvularia. “Son fuente de educación informal, en cuyo ámbito se construyen los lenguajes y a las acciones de los otros”(Solar, 1995. En Santelices, L, 2005).
Me llama la atención que el centro, a pesar de las condiciones de vulnerabilidad que lo rodean, logre trabajar en conjunto con las familias de una manera destacable. (Peralta, M, 2006 “ Currículos educacionales en América latina” Editorial Andrés Bello, Chile) hablaba de la poca participación que tenían estas familias específicamente, sin embargo en el jardín infantil, se ve una mayor cercanía lo que beneficia en gran medida el desarrollo de aprendizaje de los niños y niñas del jardín, ya que se trabaja de manera colaborativa, informando a las familias de lo que se está haciendo y haciéndoles entender que tienen una gran responsabilidad sobre sus niños. En este caso no se generan cuestionamientos por parte de las familias hacia el jardín ya que se mantienen constantemente informados sobre lo que sucede, lo que los invita a participar activamente en esta labor de generar mayor conocimiento en sus hijos.
Según mi opinión, la educadora debe considerar dos posturas teóricas una es que considere el constructivismo como modelo de aprendizaje donde el niño no sería un mero receptor sensorial, sino que analiza e integra activamente los datos sensoriales convirtiéndolos en preceptos y cogniciones. Esto quiere decir que el sujeto va construyendo la realidad a través de un proceso interno, activo y personal (Aznar, P. 1992); y la otra es la modificabilidad de Feuerstain (1980), la cual plantea que todo ser humano es un organismo abierto al cambio y que posee una inteligencia dinámica “modificabilidad cognitiva”, que quiere decir que es un ser flexible y que se puede adaptar. ¿Por qué planteo esto? Resulta que por el lugar en donde se encuentra inserto el establecimiento, se tienden a crear prejuicios acerca de las familias y situaciones de donde provienen los niños y niñas con los que se está trabajando, y esto se ve reflejado en algunos registros que se han hecho de las co-educadoras (ver anexo 5). Como Feuerstain desmiente la condición genética, no limita la inteligencia, por lo tanto el desarrollo del niño dependerá del grado de libertad que les demos lo que los llevará a una mayor adaptabilidad y esto trae como consecuencia el incremento de la habilidad para aprender, facilita el avance hacia áreas cognitivas más complejas, aumenta la motivación intrínseca y permite la aparición de nuevos desafíos. Es por esta razón que considero válida la propuesta de Feuerstain al invitar al docente desafiarse asumiendo actitudes esperanzadoras desde la convicción en torno a las potencialidades de todo ser humano y creer que toda persona puede lograr modificabilidad.
Otro punto que considero relevante, es el que hace referencia al papel de una educadora reflexiva, ya que nuestro trabajo será un proceso permanente de observación y reflexión acerca el significado de las actividades que desarrollan los niños y de nuestro que hacer profesional. Esta reflexión permite tomar decisiones eficaces y significativas sobre cómo responder a los niños y planificar experiencias que sean significativas para ellos. (Carter, M; Cividanes, W; Curtis, D; Lebo, D. “Transformarse en un maestro reflexivo” Articulo entregado en clases PUC)
Considero como herramienta clave para la educadora, la evaluación, la cual nos permite observar y reflexionar con el estudiante, durante la realización de su labor, captar sus acciones y reacciones, percatarse de sus opiniones e intereses, descubrir sus procesos de razonamiento, sus dificultades y capacidades, ofrecer retroalimentación sobre su ejecución y determinar las estrategias didácticas más adecuadas para subsanar las dificultades y potenciar las capacidades (Ríos, P. 1999)
Mi postura frente al niño y el aprendizaje, es que aprenden activamente a través de su experiencia directa de interacción con el entorno físico, social y cultural (tocando, mordiendo,) (NAEYC, 2009), por lo tanto las actividades deben ir enfocadas a desarrollar un aprendiz activo, que explora, interpreta, construye su realidad encontrándose, según Piaget, en el estadio sensoriomotriz.
Por último aclarar que para mí la finalidad de la educación consiste en adquirir activamente herramientas para enfrentar el futuro con éxito. También tiene como objetivo la eficacia social ya que se da en un ambiente social (la escuela) inserto en un contexto que funcionan agentes sociales. Hay que sacar lo mejor de ellos para que hagan un bien social. (Dewey, J. 1952)